Marte siempre fue un objeto de estudio. Uno de los aspectos más intrigantes fue su clima que tiene grandes diferencias con la Tierra, presentando temperaturas extremas y tormentas de polvo.
En primer lugar, se debe tener en cuenta que la atmósfera del planeta rojo es sustancialmente diferente. Está compuesta por dióxido de carbono (95,3%), con trazas de nitrógeno (2,7%) y argón (1,6%), junto con otros gases en cantidades mínimas. En tanto, la atmósfera terrestre está dominada por nitrógeno y oxígeno, siendo estas las causas en la diferencia climática entre los dos planetas.
Una coincidencia entre ambos planetas es la gran presencia de dióxido de carbono lo que permite un efecto invernadero. Esto contribuye a mantener una temperatura promedio más alta de lo que sería sin esa retención de calor. No obstante, es mucho más débil que en la Tierra.
La baja presión atmosférica en Marte es otro punto a tener en cuenta. Aproximadamente posee el 1% de la presión de la Tierra, lo que influye directamente en la retención del calor y la regulación de la temperatura en la superficie del planeta rojo.
¿Cómo son las temperaturas en Marte?
Marte experimente grandes contrastes en sus temperaturas: de día puede llegar alrededor de 20°C en el ecuador del verano marciano. No obstante, por la noche, hay niveles extremadamente fríos llegando a -120 °C, e incluso menos.
Por otro lado, hay grandes variaciones de temperaturas estaciones debido a su órbita elíptica alrededor del Sol. En el hemisferio norte, los veranos son relativamente cálidos y los inviernos son más frios. En el hemisferio sur, las condiciones se invierten.
Todo lo descrito provoca que en Marte exista un clima frío y seco, con temperaturas extremas que varían según estaciones y ubicación. La atmósfera delgada y rica en dióxido de carbono juega un papel crucial en la regulación del clima marciano, y las tormentas de polvo ocasionales añaden una dimensión dinámica al tiempo atmosférico del planeta rojo.